domingo, 26 de septiembre de 2010
domingo en la tarde
soy infinitamente vulnerable y no uso máscaras para disimular,por tanto la transparencia de la que me jacto ufana, me juega en contra cuando estoy tan aburrida de mi, intolerante de mí y contradictoria también de mi...tú no reparas en ello, es cómodo no hacerlo. En el mundo interno de mis contradicciones, concluí que soy un ser social con una tremenda urgencia de soledad, y en esa búsqueda de estar a solas conmigo misma, lo más cercano que he encontrado es estar contigo...tal vez por eso seamos una pareja ideal.
martes, 23 de febrero de 2010
trazos difusos de infancia
Bastó una fotografía de hace treinta y tantos años para traspasar en forma abrupta las fronteras de cuanto mi selectiva memoria había guardado, cuantos cientos de recuerdos alojados en quizás que misteriosos recovecos de mi cerebro se activaron ante tu sola imagen.
Se me apareció un cuadro difuso de paisajes de tierra seca en una gama de amarillos, cafés y ocres. Una calle larga y casas con amplios corredores de lo que solo veía lo que mis ojos alcanzaban desde el cautiverio obligado que todas las tarde debía cumplir casi como un rito o penitencia, mi gran triunfo sobre la tiranuela del manojo de llaves era el portón trasero, desde donde empinada lograba ver a cuanto transeúnte pasaba y por supuesto interpelando a los de menor edad en busca de algún compañero de juego lo suficientemente creativo y solidario como para olvidar que había un muro de por medio.
Recuerdo un cementerio encumbrado en una loma y como creí que los muertos debían estar en alto para alcanzar el cielo, se me apareció la iglesia y la plaza como un oasis de emancipación precoz e inocente…de allí surgió un recuerdo de niños jugando y entre ellos mis amigos, mis hermanos y yo misma, mi puerta no siempre estuvo con llave y creo que debo haber tenido mis espacios y libertades que no sé porque razón no estaban entre mis recuerdos prioritarios
La infancia es la mejor etapa de nuestras vidas, eso dicen, yo he pensado que idealizamos, que sublimamos nuestra niñez proyectando lo que queremos para nuestros propios hijos. Lo cierto es que tengo una balanza perfectamente equilibrada de recuerdos buenos y malos, algunos notables y sublimes, equiparados con otros francamente nefastos.
Tu foto mostraba a aquel niño que transitó mil veces la misma larga calle que yo, que vió la misma gente , los mismos paisajes, con ojos inocentes e inconscientes de los cambios que se tejían en nuestro país y que cambiarían el rumbo de nuestra historia.Tu foto me trasportó a una escuela rural, a niños subiendo a una micro para regresar a su hogar mas rural que los nuestros, a mis miedos y contradicciones infantiles, a mis primeros acordes en una muy mala guitarra, a mi extraña mejor amiga, mis primeros amores y desamores ,a mi hermano muerto cuya memoria quedó atrapada en esos tiempos y lugares.
En los años transcurridos, en los recuerdos entrampados, en las contradicciones de la memoria emocional…aún no logro dilucidar si fuimos algo alguna vez o solo eres construcción de mis fantasías.
Se me apareció un cuadro difuso de paisajes de tierra seca en una gama de amarillos, cafés y ocres. Una calle larga y casas con amplios corredores de lo que solo veía lo que mis ojos alcanzaban desde el cautiverio obligado que todas las tarde debía cumplir casi como un rito o penitencia, mi gran triunfo sobre la tiranuela del manojo de llaves era el portón trasero, desde donde empinada lograba ver a cuanto transeúnte pasaba y por supuesto interpelando a los de menor edad en busca de algún compañero de juego lo suficientemente creativo y solidario como para olvidar que había un muro de por medio.
Recuerdo un cementerio encumbrado en una loma y como creí que los muertos debían estar en alto para alcanzar el cielo, se me apareció la iglesia y la plaza como un oasis de emancipación precoz e inocente…de allí surgió un recuerdo de niños jugando y entre ellos mis amigos, mis hermanos y yo misma, mi puerta no siempre estuvo con llave y creo que debo haber tenido mis espacios y libertades que no sé porque razón no estaban entre mis recuerdos prioritarios
La infancia es la mejor etapa de nuestras vidas, eso dicen, yo he pensado que idealizamos, que sublimamos nuestra niñez proyectando lo que queremos para nuestros propios hijos. Lo cierto es que tengo una balanza perfectamente equilibrada de recuerdos buenos y malos, algunos notables y sublimes, equiparados con otros francamente nefastos.
Tu foto mostraba a aquel niño que transitó mil veces la misma larga calle que yo, que vió la misma gente , los mismos paisajes, con ojos inocentes e inconscientes de los cambios que se tejían en nuestro país y que cambiarían el rumbo de nuestra historia.Tu foto me trasportó a una escuela rural, a niños subiendo a una micro para regresar a su hogar mas rural que los nuestros, a mis miedos y contradicciones infantiles, a mis primeros acordes en una muy mala guitarra, a mi extraña mejor amiga, mis primeros amores y desamores ,a mi hermano muerto cuya memoria quedó atrapada en esos tiempos y lugares.
En los años transcurridos, en los recuerdos entrampados, en las contradicciones de la memoria emocional…aún no logro dilucidar si fuimos algo alguna vez o solo eres construcción de mis fantasías.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Opera de Hannibal
La música tiene sus misterios, es difícil definir que es exactamente lo que provoca en nuestros sentidos un conjunto de sonidos organizados de tal o cual manera. Sabemos a ciencia cierta que la música tiene sus cualidades o parámetros, una organización, una teoría, una estructura, que está relacionada con la física, con el arte, con la estética...también sabemos que el gusto musical tiene que ver con un tema cultural y de que tan bien adiestrado hayamos sido en esta disciplina.
El misterio o la magia está en lo que nos produce una determinada melodía, obra musical, canción o simplemente un ritmo que nos hace repetirla una y otra vez sin cansarnos.
Tengo claro que hay músicas que han quedado en nuestra memoria asociada a algún recuerdo o a algún hecho significativo y que culturalmente estamos predispuestos a un cierto tipo de organización según nuestra cultura o formación musical.
A veces me cautiva una música y me provoca un goce estético tan grande que llego a la adicción, puede ser una gran obra, una cancioncilla, un simple motivo musical, los gustos tienen sus peculiaridades y la música no escapa a ello.
Cuando vi la película Hannibal me quedé pegada en la escena de la ópera, en esa época no estaba el internet a mi alcance ni la computación entre mis prioridades. Me volví loca buscando la banda sonora, pensando si sería parte de una ópera conocida de algún compositor contemporáneo. Después de mucho tiempo en que vi mil veces la cinta, e intenté leer en lento los créditos y descubrir al autor de esas notas maravillosas, descubrí que no era Orff, ni Stravinky, menos aún Bach ni Mozart, sino no un compositor irlandés llamado Patrick Cassidy, compuso esta bella canción basada en un soneto de Dante.
Vide Cor Meum ...escuchar
El misterio o la magia está en lo que nos produce una determinada melodía, obra musical, canción o simplemente un ritmo que nos hace repetirla una y otra vez sin cansarnos.
Tengo claro que hay músicas que han quedado en nuestra memoria asociada a algún recuerdo o a algún hecho significativo y que culturalmente estamos predispuestos a un cierto tipo de organización según nuestra cultura o formación musical.
A veces me cautiva una música y me provoca un goce estético tan grande que llego a la adicción, puede ser una gran obra, una cancioncilla, un simple motivo musical, los gustos tienen sus peculiaridades y la música no escapa a ello.
Cuando vi la película Hannibal me quedé pegada en la escena de la ópera, en esa época no estaba el internet a mi alcance ni la computación entre mis prioridades. Me volví loca buscando la banda sonora, pensando si sería parte de una ópera conocida de algún compositor contemporáneo. Después de mucho tiempo en que vi mil veces la cinta, e intenté leer en lento los créditos y descubrir al autor de esas notas maravillosas, descubrí que no era Orff, ni Stravinky, menos aún Bach ni Mozart, sino no un compositor irlandés llamado Patrick Cassidy, compuso esta bella canción basada en un soneto de Dante.
Vide Cor Meum ...escuchar
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