La música tiene sus misterios, es difícil definir que es exactamente lo que provoca en nuestros sentidos un conjunto de sonidos organizados de tal o cual manera. Sabemos a ciencia cierta que la música tiene sus cualidades o parámetros, una organización, una teoría, una estructura, que está relacionada con la física, con el arte, con la estética...también sabemos que el gusto musical tiene que ver con un tema cultural y de que tan bien adiestrado hayamos sido en esta disciplina.
El misterio o la magia está en lo que nos produce una determinada melodía, obra musical, canción o simplemente un ritmo que nos hace repetirla una y otra vez sin cansarnos.
Tengo claro que hay músicas que han quedado en nuestra memoria asociada a algún recuerdo o a algún hecho significativo y que culturalmente estamos predispuestos a un cierto tipo de organización según nuestra cultura o formación musical.
A veces me cautiva una música y me provoca un goce estético tan grande que llego a la adicción, puede ser una gran obra, una cancioncilla, un simple motivo musical, los gustos tienen sus peculiaridades y la música no escapa a ello.
Cuando vi la película Hannibal me quedé pegada en la escena de la ópera, en esa época no estaba el internet a mi alcance ni la computación entre mis prioridades. Me volví loca buscando la banda sonora, pensando si sería parte de una ópera conocida de algún compositor contemporáneo. Después de mucho tiempo en que vi mil veces la cinta, e intenté leer en lento los créditos y descubrir al autor de esas notas maravillosas, descubrí que no era Orff, ni Stravinky, menos aún Bach ni Mozart, sino no un compositor irlandés llamado Patrick Cassidy, compuso esta bella canción basada en un soneto de Dante.
Vide Cor Meum ...escuchar