martes, 23 de febrero de 2010

trazos difusos de infancia

Bastó una fotografía de hace treinta y tantos años para traspasar en forma abrupta las fronteras de cuanto mi selectiva memoria había guardado, cuantos cientos de recuerdos alojados en quizás que misteriosos recovecos de mi cerebro se activaron ante tu sola imagen.
Se me apareció un cuadro difuso de paisajes de tierra seca en una gama de amarillos, cafés y ocres. Una calle larga y casas con amplios corredores de lo que solo veía lo que mis ojos alcanzaban desde el cautiverio obligado que todas las tarde debía cumplir casi como un rito o penitencia, mi gran triunfo sobre la tiranuela del manojo de llaves era el portón trasero, desde donde empinada lograba ver a cuanto transeúnte pasaba y por supuesto interpelando a los de menor edad en busca de algún compañero de juego lo suficientemente creativo y solidario como para olvidar que había un muro de por medio.
Recuerdo un cementerio encumbrado en una loma y como creí que los muertos debían estar en alto para alcanzar el cielo, se me apareció la iglesia y la plaza como un oasis de emancipación precoz e inocente…de allí surgió un recuerdo de niños jugando y entre ellos mis amigos, mis hermanos y yo misma, mi puerta no siempre estuvo con llave y creo que debo haber tenido mis espacios y libertades que no sé porque razón no estaban entre mis recuerdos prioritarios
La infancia es la mejor etapa de nuestras vidas, eso dicen, yo he pensado que idealizamos, que sublimamos nuestra niñez proyectando lo que queremos para nuestros propios hijos. Lo cierto es que tengo una balanza perfectamente equilibrada de recuerdos buenos y malos, algunos notables y sublimes, equiparados con otros francamente nefastos.
Tu foto mostraba a aquel niño que transitó mil veces la misma larga calle que yo, que vió la misma gente , los mismos paisajes, con ojos inocentes e inconscientes de los cambios que se tejían en nuestro país y que cambiarían el rumbo de nuestra historia.Tu foto me trasportó a una escuela rural, a niños subiendo a una micro para regresar a su hogar mas rural que los nuestros, a mis miedos y contradicciones infantiles, a mis primeros acordes en una muy mala guitarra, a mi extraña mejor amiga, mis primeros amores y desamores ,a mi hermano muerto cuya memoria quedó atrapada en esos tiempos y lugares.
En los años transcurridos, en los recuerdos entrampados, en las contradicciones de la memoria emocional…aún no logro dilucidar si fuimos algo alguna vez o solo eres construcción de mis fantasías.